La primera mañana de Alberto Fernández como presidente electo tuvo hitos de una fuerte carga simbólica. A la foto con Mauricio Macri, se le sumó el mensaje de otra protagonista de la economía local actual, la directora del FMI, Kristalina Georgieva. Vía Twitter, saludó: “íFelicitaciones al presidente electo Alberto Fernández! Esperamos iniciar conversaciones con su administración para enfrentar los desafíos económicos de la Argentina y promover un crecimiento inclusivo y sostenible que beneficie a todos los argentinos”
La respuesta de Fernández, si bien en el tono mostró mucha de la moderación que piden los mercados, puso en primer lugar al crecimiento y después al pago de la deuda: “Muchas gracias por su saludo. Los argentinos también esperamos salir lo antes posible de esta crisis para volver a crecer y que eso nos permita cumplir con nuestros compromisos, además de tener una economía sólida que nos beneficie a todos”.
Ayer mismo, el Fondo publicó el informe Perspectivas económicas para América Latina y el Caribe, en el que destacó que la posibilidad de contagio de la crisis financiera Argentina representa uno de los mayores riesgos que enfrenta la región. Además señaló que la profunda recesión local arrastrará hacia abajo los desempeños económicos de varios países vecinos, como Paraguay y Uruguay.
La fuerte influencia del FMI en la política económica por venir es una de las claves de la herencia. La renegociación con el Fondo es uno de los principales desafíos que enfrentará el gobierno de Fernández. Será imperioso definir el desembolso de US$5.400 millones que quedó pendiente en septiembre, la necesidad de alargar las fechas del repago de los casi US$45.000 millones ya desembolsados y las exigencias del organismo en cuestiones de política económica que se suponen soberanas, como lo fiscal y lo monetario.
En esos últimos puntos se juega una clave: el Fondo considera esencial el cumplimiento de ciertas metas de ajuste fiscal. Cuando el 26 de agosto el Frente de Todos lanzó un comunicado exigiendo una renegociación del acuerdo stand by, la directora adjunta de Comunicaciones, Camilla Andersen, destacó que el cumplimiento de las metas es un paso fundamental para la estabilización y retorno al crecimiento de la economía.
El investigador del CEPA, Hernán Herrera, opinó: “Si en vez de salir en forma horrible del cepo en diciembre del 2015, lo que obligó a tomar deuda, se hubieran hecho las cosas bien, con intereses más bajos, hoy quizá tendríamos menos devaluación, seguro que menos deuda, y sin dudas que no al FMI”.
El economista Matías Rajnerman reseñó la discusión teórica: los economistas heterodoxos, relacionados con Frente de Todos, consideran que el problema económico es el rojo de la balanza de pagos. El Fondo, en cambio, considera que el tema es fiscal y que solucionando el déficit interno en pesos se soluciona también el externo. Tenga o no razón, como el FMI puede desembolsar dólares e influir sobre el resto de los mercados, sanear las cuentas públicas termina ayudando también en el frente externo. “Es una cara muy perversa de la deuda: se reducen los grados de libertad”, dijo Rajnerman.
En el segundo discurso que dio el electo presidente en el búnker del Frente de Todos, Fernández afirmó: “Siempre recuerdo que cuando Néstor le pagó al Fondo monetario, y nos liberó de sus políticas, no fue él quien pagó sino el pueblo argentino quien ayudó a hacerlo”.